- Área: 10751 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Javier Callejas Sevilla
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Proveedores: Strugal
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Un proyecto que surge en la orilla del mar, junto a una preexistencia de una chimenea protegida de principios del S. XX, nos alerta de aquella actividad de una zona que por aquel entonces era extrarradio industrial de Málaga. En un frente marítimo como extensión del centro malagueño y convertido en un nuevo paseo de la ciudad se levantan parejas de edificios idénticos, como si fueran hermanos gemelos, en donde la crisis dejó sin construir las últimas dos parcelas en torno al vestigio industrial. Así, se proyecta una materialidad que dialogue con la chimenea dando un salto técnico con respecto al ladrillo, asumiendo su contemporaneidad y apostando por una fachada abstracta y masiva en hormigón prefabricado aligerado (GRC).
El bajo relieve a modo de grecas incita a la vibración con la incidencia solar y da respuesta a las necesidades de ventilación de los espacios lavadero mediante el calado de la propia greca. De esta forma, se plantea el edificio con una escala de orden mayor que potencia el conjunto frente a la individualidad del apartamento, el cual se manifiesta con los salones-terrazas que miran al mar, en donde la unidad tipológica cambiante se suma en el todo, consiguiendo un conjunto abstracto esculpido terroso.
La masividad definida por el material (contexto-construcción) y el vacío producido por la vida humana (programa) se organizan como elementos apilados como si se tratasen de contenedores de chapa grecada del Puerto de Málaga, en donde cada tipo de vivienda se manifiesta exteriormente con la horizontalidad o la verticalidad de la greca del prefabricado. Los espacios comunitarios interiores de los dos patios se revisten con una chapa grecada blanca configurando los corredores de accesos a las viviendas, protegiendo dichos patios con una montera de vidrio para provocar un espacio similar a las corralas de vecinos.
En el interior de la vivienda, la variabilidad tipológica no altera su concepción base, la cual conforma un espacio funcional circular entre el salón, la terraza y la cocina, dando la opción a que ésta se incorpore al salón como cocina americana. El punto de transición entre lo construido bajo y sobre rasante lo presenta el portal, en el que la materialidad de la fachada se cuela al interior por las paredes, el techo de lamas blancas nos adelanta lo que sucederá en los patios y el suelo de granito negro nos introduce en el mundo oscuro del hormigón visto del garaje enterrado, en donde las paredes de las zonas de circulación rodada se revisten de una chapa grecada como si fuera el molde del GRC del mismo color, poniendo el acento de esta transición en la embocadura y bajada al aparcamiento desde la calle.